La turba es un material de construcción que fue muy importante para los islandeses durante 1100años, es relativamente fácil de conseguir en Islandia, barata y aportaba buen aislamiento contra el frío. Se trata de un fuerte sistema de raíces de marismas o pantanos, que se cortaba produciendo terrones de formas diferentes (técnicas de la turba en Islandia)
El Museo del Patrimonio Skagafjordur se creó en 1948 y su primera exposición abrió en 1952 en la granja Glaumbaer, que había servido como vivienda hasta 1947, cuando los habitantes se mudaron y se declaró protegida. La vieja granja de turba constituye el telón de fondo de las exposiciones enfocadas en la vida rural de los siglos XVIII y XIX en Islandia, pero en los terrenos del museo en Glaumbaer también se hallan dos casas construidas con estructura de madera Áshús y Gilsstofa, buenos ejemplos de esta modalidad constructiva de la región, en Áshus las exposiciones se compaginan con el Salón de té Áskaffi que sirve una ligera cocina tradicional islandesa, Gilsstofa contiene la administración.
Los propietarios de la granja que alberga el Museo del Patrimonio eran pastores o capellanes empleados por la iglesia. Los pastores vivían aquí con su mujer e hijos, peones de la granja y sirvientes. La casa funcionaba a su vez como escuela y asilo de ancianos: los niños pasaban parte del año en la casa del pastor, los ancianos cedían sus propiedades y recibían cama y sustento por cualquier trabajo que pudiesen aportar. Las antiguas granjas islandesas se conformaban en complejos de pequeñas casas o estancias en edificaciones de turba, los usos más frecuentes se unían con un pasaje central, mientras que a los almacenes se accedía separadamente. El complejo de turba consiste en 13 casas o estancias, cada una de las cuales tenía una función, la unidad principal es la badstofa, un dormitorio comedor comunal, donde la gente se instalaba a elaborar sus trabajos artesanos, la comida se almacenaba y preparaba en la despensa y la cocina, el recibidor principal, los pasillos y la entrada sur (Brandahús) proporcionaban el acceso. Un edificio proveía de alojamiento a los ancianos, hay dos estancias para invitados, dos almacenes y una herrería, pues los pastores trabajaban el metal.
El edificio data de diferentes periodos de los siglos XVIII y XIX, este estilo de construcción con turba, que evolucionó en Islandia debido a la escasez de arbolado, estaba generalizado en las áreas rurales de Islandia hasta el 1900, en que se fue gradualmente desplazando por sistemas más contemporáneos. Así la granja de Glaumbaer se componen de finas cáscaras de madera, separadas unas de otras por espesos muros de turba y cubiertos por una capa gruesa de más turba, la hierba islandesa crece con facilidad, lo que hace que la turba de cubierta se conforme como una capa de raíces y sustrato, un edificio de turba, en zonas de pluviosidad moderada, puede durar más de un siglo. El tejado debe tener la inclinación justa, si es demasiado plano, habrá filtraciones, y si es demasiado inclinado, la turba se raja en tiempo seco y drena muy rápido, de tal modo que la hierba no crece, lo que también implica filtraciones.
Los muros son de piedra y turba apiladas en patrón de espinapez, con largas hileras de turba entre las capas, la piedra predomina en las zonas bajas para aislar de la humedad, para la estructura interior y el panelado se usó madera importada y restos de naufragios.
Edificio de turba de la granja Glaumbær
1. Entrada y pasaje
2, 5, 12. Habitación de invitados
3. Cocina
4. Despensa principal
6-8 "Baðstofa" dormitorio comedor comunal
9. Puerta sur
10. Despensa profunda
11. Establo
13, 14 Almacén
15. Herrería
16. Almacén de combustible
El Museo del Patrimonio Skagafjordur gestiona la Escuela de Oficios del Patrimonio en colaboración con el Departamento de Carpintería de la Universidad del Noroeste de Islandia y el Departamento de Turismo de La Universidad Holar. Enseñan oficios tradicionales de construcción islandesa y registra y preserva la terminología original de los métodos de construcción tradicionales islandeses, en riesgo de desaparición. Se ofrecen cursos de los oficios tradicionales, basados en las mejores prácticas de conservación definidas por la ley de patrimonio islandesa, abarcando la reparación y alteración de edificios antiguos y otras estructuras de turba o madera, con la pretensión de alcanzar los estándares de durabilidad contemporáneos. También se dan cursos sobre legislación del patrimonio arquitectónico, historia de los edificios, valores culturales, mejoras técnicas, materiales, acabados tradicionales, tratamiento de la pudrición de la madera y envejecimiento, corte y apilado de la turba, construcción en piedra sin mortero y carpintería de madera.