Patrimonio Nacional planteó por primera vez la idea de erigir el museo en 1998.
En 2002, el proyecto presentado por los arquitectos Emilio Tuñón y el fallecido Luis Moreno Mansilla ganó el concurso de ideas para el edificio, tras una polémica impugnación del anterior concurso, y finalmente en 2006 comenzaron las obras de construcción.
Los trabajos han ido lentos (lo cual estaba previsto) debido a la excavación de restos arqueológicos en la zona, y además el Estado ha frenado el ritmo para los próximos años debido a la crisis, aunque la estructura está terminada, que en este caso constituye el grueso de la obra, pues incluye los cerramientos y su acabado, hormigón blanco visto. Resta pues la instalación de carpinterías, acabados interiores, instalaciones y montaje del museo. Se estima que estará terminado en 2015.
La fachada de 145 metros de largo y 40 de alto está revestida de hileras de pilares de granito gris extremeño y gallego similares a las del Palacio Real procurando continuidad con respecto al edificio borbónico. Se complementará con una 'piel' de cristal tamizado que aproveche la luz natural pero que no dañe los objetos de arte.
El museo tendrá un acceso por la explanada de La Almudena. La planta inmediatamente inferior al vestíbulo tendrá una altura de más de 8 metros, para acoger entre 60 y 120 de los impresionantes tapices con que cuenta la colección real (cuyo almacén acapara más de 3.200), será la segunda sala más grande del mundo dedicada a este tipo de obras de arte tras el palacio de Viena.
Bajo este nivel, Patrimonio Nacional colocará los objetos de bellas artes, la colección más completa de violines Stradivarius del planeta, pinturas de primeras figuras como Velázquez y Rafael, esculturas, relojes, porcelanas, abanicos, cristalería, vajillas, lámparas y fotografías. Un espacio estará reservado para la armería y las extensas colecciones de artilugios militares.
El museo tendrá un acceso por la explanada de La Almudena. La planta inmediatamente inferior al vestíbulo tendrá una altura de más de 8 metros, para acoger entre 60 y 120 de los impresionantes tapices con que cuenta la colección real (cuyo almacén acapara más de 3.200), será la segunda sala más grande del mundo dedicada a este tipo de obras de arte tras el palacio de Viena.
Bajo este nivel, Patrimonio Nacional colocará los objetos de bellas artes, la colección más completa de violines Stradivarius del planeta, pinturas de primeras figuras como Velázquez y Rafael, esculturas, relojes, porcelanas, abanicos, cristalería, vajillas, lámparas y fotografías. Un espacio estará reservado para la armería y las extensas colecciones de artilugios militares.
En la planta -3 se colocarán los carruajes reales, cuya colección, con la de Lisboa, es la más importante de Europa, vehículos de tiro, caravanas reales, coches de escolta y trineos son algunas de las joyas de esta flota de vehículos de época.
La obra se ha realizado en dos fases, en la primera, de 2006 a 2009, se excavó la roca de la explanada entre la Armería de Palacio y la Catedral de La Almudena, y se introdujo una pantalla anclada doble para resistir el empuje del talud y el acoso de las aguas subterráneas, en la segunda etapa, de 2008 a 2011, se completó la cimentación y la estructura del edificio, una enorme caja de hormigón trabajando como un muro de contención.
Os dejo unas imágenes tomadas por mí del Museo de Colecciones Reales, que ya está acabado en esencia. Me pareció una obra estupenda, abstracta, elegante y armoniosa, en su interior y en su encaje en la ciudad. Además un prodigio técnico de ingeniería (es un gigantesco muro de contención de la cornisa del Palacio Real y la Almudena) y un trabajo ingente, complejo, con paradas a la espera de finalizar las excavaciones arqueológicas y con los recortes que se imponen actualmente en cultura.