La restauración enfatiza
el espacio singular de un edificio de este tipo, fragmentado para usos
residenciales en distintas plantas, definiéndolo a partir de la luz, con los
grandes ventanales de contraventanas a la calle, la luz cenital en el atrio y las cristaleras
con vistas al cimborrio de la cúpula de la capilla en la planta alta.
Se juega con la
integración de las estancias en el atrio que hace de distribuidor, café y foco
de luz, visible desde todos los pisos y con la secuenciación, rompiendo la
visita integral del edificio en una sucesión de visiones, e introduciendo el
factor tiempo a partir del recorrido, invitando a perderse entre libros. Esta
fragmentación, en los sectores sin aberturas al atrio, da una sensación de ir
encontrando habitaciones inesperadas, aportando un aire de laberinto.
Planta 0, a pie de calle. Entramos
al atrio del ciprés y atisbamos la barra al fondo y el comedor del Bistró a la
derecha. Al pie de la escalera unos expositores nos introducen en las
recomendaciones peculiares del equipo de libreros y el tablón “los lectores recomiendan” permite pinchar notas con los
libros que nos han gustado, a modo de red social analógica.
Desde la tienda, situada a la izquierda de la entrada, de
recuerdos de Madrid y ya con algunos caprichos, en un juego de alturas se
atisba una entreplanta con un futbolín que han
montado Negocios Raros y Alegría Industries. También en un rincón a la izquierda desde el atrio aparecen
estantes con regalos, dulces o kits de mini-jardinería.
El Bistró, dirigido por Marc y Miguel Escursell, los
fundadores de Xocoa y Demasié, ofrece meriendas (repostería y cafés) y también
se puede almorzar, con quiches, hamburguesas y ensaladas de calidad.
En el bistró observamos las antiguas puertas como decoración |
Planta -1, el Garito que podrá abrir hasta la madrugada aún
cuando la librería cierre, donde se celebrarán presentaciones de libros y conciertos, es la antigua cripta de ladrillo, cueva que sirvió
como almacén de tabaco, en los tiempos cubanos del edificio.
Planta 1, narrativa e infantil y otra sección de regalos:
caprichos, objetos de diseño singular. Parte de la sección infantil se sitúa en la antigua capilla privada: con cúpula y techos decorados con pinturas murales, de temas
campestres y dos silloncitos rojos.
integración del salón principal panelado en la tienda |
altar de la capilla, ahora zona infantil |
Planta 2 los lectores tienen una zona para
sentarse a leer, una habitación aislada
con muebles rústicos, sobre la cual se deja vista la
estructura del tejado de madera del edificio, y una cristalera ofrece vistas al
cimborrio de la cúpula de la capilla. Está reservada para talleres de escritura
creativa, de lectura de poesía inglesa y clubs de novela francesa. A la vuelta,
con otra perspectiva, desde la sección de arte y arquitectura (que no está mal,
sobre todo por los libros de importación), se nos muestra de nuevo por otra gran
cristalera la azotea con grava por la que sobresale el cimborrio.
La restauración incluye hasta el diseño de expositores.
Y hacer una mención al
esfuerzo que se debe realizar en este tipo de edificios para asegurar la
accesibilidad, que aquí se marca en la instalación de un ascensor y de una
silla elevadora y la anulación de peldaños con pequeñas rampas, aunque criticaría
el hecho de que el acceso a los aseos no está resuelto para sillas de ruedas.