En Nueva York aún existen entre 10.000 y 15.000 tanques de agua sobre los tejados. Estas cisternas sobreviven porque, sorprendentemente, siguen siendo esenciales para el suministro de agua de la ciudad. El sistema de suministro a través de depósitos se estableció en la ciudad de Nueva York a principios del siglo XIX: la ley obligó entonces a los edificios de más de seis plantas, más de 80 pies (24m) a instalar cisternas debido a la escasa presión del agua en la ciudad y la dificultad de aumentarla, lo que reventaba las tuberías de la época y como medida para combatir los incendios.
El agua es elevada mediante bombas hasta el depósito en el tejado del edificio. Una vez allí, y por la propia gravedad, el agua se reparte con facilidad hacia las casas y el sistema de incendios. Cuando el nivel del agua se encuentra demasiado bajo, una válvula flotante envía una señal a una bomba para que comience a rellenar el tanque de nuevo.
Cada una de estas cisternas contiene entre 25.000 y 50.000 litros de agua. El tanque debía dividirse obligatoriamente en dos partes: una parte superior para consumo humano, y una inferior reservada contra el fuego. Los tanques de agua han sido la primera línea de defensa contra los fuegos de la ciudad hasta hace muy poco, cuando los modernos sistemas antiincendios han empezado a desplazar esta función.
Los constructores originales de las cisternas eran fabricantes de barriles, aún hoy sólo dos compañías familiares siguen trabajando en la ciudad desde el siglo XIX: Isseks Brothers (1890) y Rosenwach Tank Company (1896)
Las cisternas más baratas, son las hechas con madera de cedro que pueden durar 35 años, se construyen sin usar pegamento ni sellante, uniendo los tablones mediante cables, y aunque en un primer llenado las juntas goteen, al saturarse, la madera se hincha, las fisuras se sellan y el tanque se vuelve impermeable.
Curiosamente, las viejas cisternas se han convertido en una verdadera seña de identidad de la ciudad. En algunos barrios, como Tribecca, las autoridades obligan a todos los edificios de nueva construcción a colocar tanques en las azoteas aunque no las vayan a utilizar.
El proyecto Palabras sobre la calle (El proyecto de las cisternas)
Mary Jordan quiere llamar la atención sobre el agua como recurso escaso transformando 300 cisternas en azoteas de Nueva York en obras de arte, ha convocado a artistas profesionales o emergentes y jóvenes que aportarán sus ideas para celebrar una exposición el verano de 2012. Más de 8, 4 millones de residentes de la ciudad, 5 millones de visitantes y los visitantes virtuales verán las cisternas y quizás por primera vez muchos de ellos reflexionen sobre la importancia del agua.
New York water tanks
In New York, remain between 10,000 and 15,000 water tanks on rooftops. These tanks survive because, surprisingly, they are essential for the water delivery system.
This delivery system through deposits settled in the city of New York in the early nineteenth century: the law required that all buildings higher than 6 stories, over 80 feet (24m) be equipped with a rooftop water tower. This was necessary to prevent the need for excessively high pressures at lower elevations, which could burst pipes and as a means to fight fire.
Water is pumped to the tanks and then gravity fed into buildings to maintain water pressure for drinking fountains, bathrooms and kitchens, and standpipes, conduits that carry water for fighting fires. When water gets too low, a float valve in the tank sends a signal to the pump in the basement of the building to lift water into the tank until it is filled.
The rooftop water towers store 25,000 litres to 50,000 litres of water until it is needed in the building below. The upper portion of water is skimmed off the top for everyday use while the water in the bottom of the tank is held in reserve to fight fire. When the water drops below a certain level, a float valve will activate a pump or open a public water line to refill the water tower.
The original water tower builders were barrel makers who expanded their craft to meet a modern need. Two companies in New York build water towers, both of which are family businesses in operation since the 19th century: Isseks Brothers (1890) y Rosenwach Tank Company (1896)
The cheaper tanks are those made of wood, cedar, that can last about 35 years. Even today, no sealant is used to hold the planks. The wooden walls of the water tower are held together with cables but leak through the gaps when first filled. As the water saturates the wood it swells, the gaps close and become impermeable.
Curiously, in modern times, the towers have become fashionable in some circles. As of 2006, the neighborhood of Tribeca requires water towers on all buildings, whether or not they are being used.
Word Above the Street (The Water Tank Project)
MaryJordan wants to “draw attention to Water as a precious resource by transforming 300 rooftop water tanks in New York City into works of art”. Professional artists, emergent artists, and youth have been asked to submit art ideas for the tanks to make an exhibition during the summer of 2012. Over 8.4 million NYC residents, 5 million tourists, and millions of virtual visitors will be able to see the tanks and this may be the first time many of these people have a thought about water as an important issue.
Muy interesante el post, un besín!
ResponderEliminarMuy interesante.
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